Por el interés, te quiero, Andrés.
Observo desde hace un buen rato tu semblante deslucido y reconcentrado, casi hosco, y aguardo a que encuentres en ese vórtice en el que te hallas y que parece estar engulléndote por momentos, una vía de escape. Apenas cruzamos el primer saludo, intuí que algo no iba bien, pero supuse que tu abstracción pudiera estar […]